Escrito por un nieto de represaliados
 
 
En la foto aparecen mis abuelos. Mi abuelo fue asesinado por tener un cargo en el ayuntamiento de Casillas de Flores durante la República. Mi abuela, como todas las viudas y huérfanos, también es represaliada, ya que no quiero ni imaginarme, las humillaciones que tuvo que pasar a lo largo de su vida rodeada de falangistas. Y para colmo, su hijo varón, falleció de un disparo en circunstancias poco claras en 1948.
 
De mi abuelo, sé menos de lo que me gustaría. Hay documentos feacientes que indican las fechas de su ingreso en prisión, del listado de la misma y de cuando "lo pusieron en libertad" de madrugada. Y no tengo nada más. No hay noticias de él en ninguno de los lugares donde hemos buscado, sólo falta de interés en colaborar, aunque exista información: Archivo Militar de Guadalajara, Juzgado de Ciudad Rodrigo, Secretaría del Ayuntamiento de Casillas de Flores.... 
 
Su nombre es Antonio Francisco Alvarez Martínez. Fue concejal desde marzo a julio del 36 del Ayuntamiento de Casillas de Flores. Mi madre, siempre dijo que había sido alcalde o concejal socialista. Así que mataron al alcalde y a mi abuelo; tal vez, alguna más de las víctimas del pueblo fueran miembros de la corporación.
 
Su cuerpo podría yacer en alguna de las fosas que se encuentran alrededor de Ciudad Rodrigo aún pendientes de exhumar.
 
Sufrimos la impotencia de ver transcurrir el tiempo sin poder hacer nada para que se halle su cuerpo y pueda descansar en una sepultura digna, como le gustaría a mi madre, quien ya tiene 86 años y quien como como tantos y tantos familiares de represaliados, aún no ha tenido el consuelo de saber dónde está su padre.
 
Viendo que cada día que pasa va a ser más difícil hallar su cuerpo, nos gustaría instalar una placa en su memoria en el pueblo del que fuera concejal.
 
Hubo otros familiares de mi abuelo procedentes de Casillas de Flores que compartieron cárcel con él en Ciudad Rodrigo y cuyos nombres e historias también sería preciso rescatar del olvido, como el caso del marido de una prima carnal de mi abuela, llamada María y madre de dos hijos, Sole y Jacinto y mi tío materno, quien falleció el 29 de marzo de 1948 de un disparo en extrañas circunstancias que sería preciso esclarecer para que se pueda saber la verdad, hacer justicia y reparar la memoria de todas estas víctimas.